El francotirador paciente

Acabo de terminar de leer "el francotirador paciente" de Arturo Perez reverte, para quien no conozca este libro, o el motivo que me lleva a hablar aquí de el, diré que se trata de un libro, con una trama que gira en torno al mundo del graffiti.
El motivo central del libro es un escritor ficticio llamado Sniper, famoso mundialmente, una leyenda del graffiti, el cual por sus puestas en escena, su talento y sus sorprendentes "acciones", desgarradoras en ocasiones y siempre muy mediáticas se ha labrado una gran fama dentro y fuera del mundillo del graffiti, pero también enconados enemigos que lo buscan sin descanso para acabar con el, así que tanto por sus "actividades" como por sus enemigos, tiene que esmerarse en mantenerse oculto, y lo ha sabido hacer tan bien, que nunca lo han atrapado, ni se le conoce la cara, y todos los que lo han llegado a conocer le guardan las espaldas, por simple lealtad. La protagonista, es una especie de "caza-talentos" del mundo del arte que va de ciudad en ciudad tratando de ponerse en contacto con el, contactando con los escritores de la zona…

De entrada tengo que decir que me alegra que exista este libro, aunque solo sea para que el graffiti se sitúe sobre la palestra del gran público, y esto genere debate en torno a el. Opino que es un buen libro, quizá no  un gran libro, pero desde luego es un libro ameno, y de los que enganchan. Se podría decir que es de aventuras, o thriller (por lo visto ahora las cosas han de tener nombre inglés para que las tomen en serio), como escritor de graffiti reconozco que algunos detalles me han llegado a sorprender al verlos escritos de la mano de un profano en la materia. Como es normal, en ocasiones hay cosas que chirrían, pero por mi parte prefiero no ser excesivamente estricto, y saber valorar también la parte buena de las cosas. Estos detalles para mi dan fe que el autor no ha hecho un trabajo de investigación superficial sino mas bien todo lo contrario. Incluso leí en una entrevista que le hicieron, que ni corto ni perezoso, el tío se fue a unas cocheras con unos escritores a pintar trenes… Todo un académico de la RAE, a sus sesenta y pico años, colándose a través de alambradas por la noche  para pintar trenes, pienso que eso tiene su mérito. Además en sus declaraciones yo veo respeto, incluso cierta admiración difusa por los escritores de graffiti.

He decidido hablar aquí de este libro, primero por egoísmo (uno de los mayores motores del mundo me temo… y quizá el único), ya que me ha hecho pensar en ciertas cosas, y he sentido la necesidad de compartirlas, de ahí el egoísmo, ya que esta necesidad es mía, y muy probablemente  al otro lado no exista interés por recibirlas, pero aun y así lo hago. Y segundo porque pienso que lo merece, ya que no conozco la existencia de otro libro de características similares.

Por supuesto se le pueden criticar cosas, en cuanto a formas… quizá me sobran tantos adjetivos de "agresivos" hacia los escritores, o en lugar de "chunda-chunda" un "bum-bap", o el hecho de que no aparezca la palabra hip-hop… pero estos detalles pienso que no desmerecen el conjunto.
En cuanto al fondo, está claro que es una historia de ficción, ya que el mundo del graffiti que dibuja no corresponde en absoluto a la realidad. Pinta a Sniper como una especie de líder, y a los escritores simples seguidores solícitos que mas por ingenuidad que por otra cosa bailan al ritmo que el marca, llevando a termino los peligrosos "juegos" que el propone. Este escenario me parece inverosímil, por diversos motivos, pero el principal bajo mi punto de vista, es que un escritor no suele hacer las cosas para gloria de otro, sino para la propia… por eso cada uno pinta su propio nombre y no el del vecino...

Reconozco también que el final (no lo destriparé, para no estropeárselo a los que tengan intención a leerlo)…me hubiera gustado que fuera mas benigno, ya que (lo admito) de algún modo me ha hecho sentir incomodo, pero supongo que los finales complacientes no siempre son los mas originales, y quiero pensar que de ahí que este no lo sea.

En el libro, también se habla mucho sobre lo que es o no arte, un tema que ultimamente parece que me persigue allá donde vaya. Y a pesar de que estoy de acuerdo en muchas cosas de las que se dicen, otras no dejan de ser una constatación de que estamos en un momento histórico de absoluta desorientación. No porque no haya arte, sino por el intento de discernir y clasificar el "arte".
Pienso que hay disciplinas artísticas a las que este problema no les afecta tanto, como por ejemplo a la música. Una composición musical se justifica por si sola, simplemente cuando está bien hecha "funciona", y no existe la necesidad de explicar nada, solo se siente. El arte no es algo mental, es algo emocional, es un lenguaje que habla directamente con el yo interior (alma, supcosnciente, cerebro reptiliano o como queráis llamarlo) y pretender o necesitar "explicarlo" es absurdo de por si, ya que su sentido en el fondo es poder disfrutar de su experiencia, y esa es la raíz de todo el problema. miran pero no ven, porque su atención está en la mente. En la métrica de la poesía y no en lo que transmite, en la presentación del plato y no en su sabor.
 No creo que a nadie con dos dedos de frente se le pase por la cabeza ni por un momento la necesidad de justificar nada, tras escuchar a un gran músico tocar, simplemente se disfruta. Sin embargo con las llamadas "artes plásticas" ocurre algo muy distinto, por muy impoluta y espectacular sea una pieza en todos los sentidos, hoy en día en los círculos "artísticos" eso no tiene ningún valor a menos que la  "expliques", lo cual, la mayoría de veces se traduce ni mas ni menos que en inventarse toda una sarta de estupideces infumables. Da penita ver a algunos  de estos "expertos" en arte... Estos individuos, que a modo de agentes de la Gestapo retrasados se dedican a interrogarte con aire paternalista, muy pagados de si mismos, ellos, esperando "explicaciones". Es como tener que explicarle a un sordo una pieza musical, con la particularidad que en este caso son los sordos los que tienen de "darte el visto bueno", ya que ellos son los que tienen el "buen criterio" para valorar y los "argumentos" para hacerlo. Así está el mundo del arte hoy en día... enlatando mierda y vendiéndola.
El arte no es bueno ni malo, para mi lo malo es la industria del arte y la estupidez humanas, que tan a menudo crea laberintos gratuitamente.

Espero que sepáis disculpar mi perorata, pero hoy me he levantado autocomplaciente que le vamos a hacer…

Wem


2 Responses to "El francotirador paciente"

Nina dijo... 26 de enero de 2014, 23:25

No puedo estar más de acuerdo contigo... Si emociona es arte, si te dice algo es arte. Y el graffiti emociona, el graffiti habla y, sobre todo, no deja indiferente (gustará o no, pero no deja indiferente). Y lo mejor de graffiti, para mi, es que es un arte que llega a todo e mundo. No necesitas pagar una entrada a un museo para verlo, ni comprar esa pieza carísima en una galería, basta con pasear por a calle para que todo el mundo pueda acceder a el.
A mi personalmente me encanta que las ciudades se llenen de color y que las calles hablen...

Fran dijo... 7 de febrero de 2014, 0:26

Hola Nina, me alegro que coincidamos.
Yo pienso que graffiti si algo tiene es que es una expresión sincera. Visceral... A veces se podría decir que es grosero, insolente o sucio, otras muchas deslumbrante, emocionante y hermoso... Pero por lo general en todos los casos, sale de dentro, ya que cuando ese "algo" en tu interior que te mueve a hacerlo muere, el graffiti también desaparece con ello. Es una necesidad, una urgencia, un grito... Unas veces será mas artístico y otras menos, pero como mínimo no engaña a nadie, es fe, es tripas y es corazón.

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